domingo, 25 de marzo de 2012

CURSO EL AMOR EN PAREJA EN LA BIBLIA

El curso está orientado a todos y todas que quieran profundizar el AMOR en pareja visto desde la iluminación de la Palabra de Dios.
LA INSCRIPCIÓN ES EXCLUSIVAMENTE POR CORREO ELECTRÓNICO o por teléfono!
Esto significa que si no hay inscriptos POR CORREO ELECTRÓNICO o por Teléfono, el curso no se abre.
Por favor, ayúdenos a difundir esto, y esperamos su inscripción
correo electrónico informes@sion.org.ar
telefono: 4923-2548 (lunes de 16.30 a 20.00 hs, solo en ese horario, por favor)


EL AMOR DE PAREJA EN LA BIBLIA


La lectura de un reportaje a la joven rabina Karina Finkielsztein, de la comunidad Emanu El, me alegró por la coincidencia en el enfoque sobre el estudio de los textos sagrados: “Hay que sembrar preguntas y que el otro pueda encontrar las propias respuestas. Una debe ayudar al otro a abrirse cuando ese alguien viene a buscar una respuesta cerrada y eso, justamente, lo encierra más y más. La tradición judía es de preguntas más que de respuestas. Desde chicos nos enseñan a leer y a preguntarle al texto lo que no está escrito; una forma de desarrollar el pensamiento crítico” (…) “La tarea más interesante es encontrar en ese texto las preguntas de hoy, y aparecen porque uno lee con los ojos de la época”. Ése es un objetivo de este curso.
Ivonne Bordelois dice, en su libro “Etimología de las pasiones”, que la pasión de las pasiones es el amor. Hablar de amor de pareja en la Biblia es también hablar de desamor; de fidelidad e infidelidad; de alegría y dolor; de matrimonio y divorcio; de libertad y sometimiento; de varones, mujeres y familias; de poligamia y monogamia; de fertilidad, esterilidad y trascendencia; de sexualidad en diferentes esquemas socio culturales; de cuerpos unificados, en unidad indisoluble, y de cuerpos sin integración; de testigos de la fe; de parejas ministeriales en los orígenes cristianos. La vida se despliega – inabarcable – en el misterio del amor “fuerte como la Muerte…Sus flechas son flechas de fuego, sus llamas, llamas del Señor. Las aguas torrenciales no pueden apagarlo, ni los ríos anegarlo”
Numerosas “historias” nos interpelarán. Abraham, Sara, y Agar; Isaac y Rebeca; Jacob, Raquel y Lea; Dina y Siquem; Asenat y José; Moisés y Séfora; Sansón y las mujeres filisteas; David y Betsabé; Salomón y la reina de Saba…y las 700 princesas más las 300 concubinas; Oseas y Gomer; Jezabel y Acab; Ana, Elcaná y Penina; el levita de Efraim y su mujer de Belén; Rut y Booz; Asuero, Vasti y Ester; Judit y su marido muerto; Job y su mujer; Tobit y Sarra; el esposo y la esposa de los libros sapienciales; la amada y el amado del Cantar; María y José; Isabel y Zacarías; la samaritana y sus seis maridos; Priscila y Áquila, Andrónico y Junia, Filólogo y Julia…una lista que no pretende ser exhaustiva, solo evocar la amplitud y diversidad del tema.

Y esta diversidad nos hace preguntarnos ¿de qué hablamos cuando hablamos de amor?
En hebreo, ahavá es el término más comúnmente usado tanto para el amor interpersonal como para el amor de Dios. En griego existen cuatro verbos distintos para decir “amar”
El verbo “erao” - de donde derivan “erotismo”, “erótico” - significa “amar” con sentido sexual. “Stergo” indica el amor familiar que brota naturalmente de los lazos del parentesco. “Fileo” es el amor de amistad, de camaradería, que de algún modo supone una retribución. “Agapao” es el amor de caridad, de benevolencia, de buena voluntad; el amor capaz de dar y mantenerse dando sin esperar que se le devuelva nada. No importa lo que una persona pueda hacer, siempre estará en nosotros la posibilidad de “amarla” porque el amor de “agapao” no es afectivo sino voluntad puesta en acción.

Nuestra propuesta será considerar - en los textos que leamos - al amor como una realidad que unifica y evoca todas estas formas que hemos definido por separado, como si fueran “ingredientes” del amor. Ojalá nos suceda lo que les pasó a los que vivieron con Jesús de Nazaret: lo que han visto los ojos, oído los oídos y tocado las manos es que Dios es Amor y vale la pena creer en Él.

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